sábado, abril 01, 2006

La carta publicada en El Mercurio

La carta de El Mercurio que abrió los fuegos...


6 comentarios:

Anónimo dijo...

qué choro q nos apoye don nica...

Anónimo dijo...

Gracias Cristián por mostrarnos que la vida es hermosa y bien merece ser vivida cuando nos topamos con gente como tú. Hagamos fuerza común para reorientar la brújula en esta tormenta y seamos capaces de mostrarle el NORTE a nuestra sociedad...mediante la belleza de las palabras y con la FUERZA DEL AMOR!!!!

Anónimo dijo...

Hoy en día la cultura en nuestro país se nos presenta como un desafío. ¿Por qué? porque no resulta fácil permitir que ella se manifieste.
Seamos parte del desafío. Más que un querer, es un imperativo moral. Debemos y necesitamos de la cultura si queremos una real humanización.

Anónimo dijo...

Si, hay que hacer una bella fuerza de pensamientos para que este programa no termine.
Este programa ha sido mi fiel compañía en muchos momentos. ¡¡¡Aprendí mucho con él!!!
Acercó a personas a mi living que jamás hubiera conocido en la forma que pude hacerlo. Inolvidables tertulias con Varela, Jodorowsky, María Teresa Ruiz, Alcoholado, Isabel Allende, Saura, Uribe, etc.
Varios libros los compré incentivada por el programa.
No, no podemos quedarnos así. Debemos unirnos!!!!!
Gracias Cristián por todo lo bello que nos entregaste y que debes seguir entregándonos!!!
Te saluda una fiel televidente y fanática de tu programa.

Jorge Jorquera dijo...

Hablé con CW el jueves, trataré de conseguirme una entrevista para Atina Chile, si tengo novedades les contaré.

Buena iniciativa la del blog!

Jorge Jorquera
www.jorgejorquera.cl

Anónimo dijo...

Leo con sumo interés las palabras que plasma en la editorial del diario la Sra. Eliana Rozas (Directora Ejecutiva de Canal 13). Me parecen muy bien, asépticas, impecables, precisas... trasuntan con total claridad el espíritu del canal. Digamos que a la vez uno encuentra en ellas una tolerancia al límite de parte de la estación por un programa que no da los réditos que ellos esperan en el plano económico y en forma simultanea se halla el empeño explícito por acceder al "uso y comercialización" de los programas en aras de una más "generosa" tajada. Triste la suerte de la Sra. Rozas que debe vivir bajo una espada de Damocles. Probablemente goza de privilegios que nuestro buen Cristián no era merecedor dentro de los lindes del canal, probablemente. Su oficina debe ser enorme y muy cómoda. Veo con claridad libros perfectamente ordenados en un estante con fotos de algunos viajes por el mundo y otras tantas de su familia. El aire acondicionado debe proporcionar una agradable sensación de frescura al despacho y las sillas de enfrente deben contrastar notablemente con la de ella como para que quede claro quien es la importante en ese lugar. Probablemente debe ser una exitosa ejecutiva que ha sabido mantener en azules los siempre escrutados números que rigen las vidas de los "notables" de la estación. Las herramientas de trabajo más preciadas en ese entorno han de ser una gran agenda y la sempiterna planilla de Excel con la cual se obtiene la información que realmente importa. La información. Al fin llegamos al punto. La información que determina cuales son las estrategias a seguir en el día a día. La información que abunda en las conversaciones de pasillo y que ha engendrado aberraciones tan económicamente justificables como el "people meter" y las mediciones de "rating". Nada más lejos de pensar que adoptar como sociedad una conducta autoscópica y vacía. Un perro persiguiéndose la cola nos encontraría torpes y ridículos. El Dalai Lama decía que "hemos reemplazado la sensatez y la sabiduría por el conocimiento y el conocimiento por la información". Pero qué importa lo que diga alguien que no tiene que pagar mis cuentas, ni las colegiaturas de mis hijos y que además es sólo un "chino" que no hace más que sonreir estúpidamente a todos y cada uno de los desdichados que se topa de frente. Lo importante es el sueldo a fin de mes y para llegar a eso debemos tener trabajo y - aún más - debemos conservar el trabajo cumpliendo con aquello que se nos encomienda, que es mantener en azul los números del canal sin importar mucho cómo debamos lograrlo. La belleza de pensar es sólo un programa, desde el apremio de nuestras vidas pequeñas podemos verlo así o bien pensar que es algo más que sólo eso. Detrás de este acto muy fundamentado de permitir que Cristián Warnken saliera de la estación por las razones que fueran, se devalúa a pasos agigantados la "marca" con cuyos derechos cuenta tal vez legítimamente el canal. El programa prestigiaba a la estación, pero qué importa eso, lo importante son y serán siempre las cifras y aquellas pequeñas acciones con las cuales justificamos nuestros sueldos y nuestro puesto en una, tan importante estación de televisión de nuestro país.